1.
TÍTULO: EDUCAR
HOY PARA CONVIVIR EN ARMONÍA MAÑANA
2.
EPÍGRAFE: “Todo lo verdaderamente grande se hace a paso
lento, imperceptiblemente”
Seneca
3.
INTRODUCCIÓN:
La violencia que impera en el mundo parece estar tirando por la borda las
esperanzas que se tienen en el progreso de la humanidad.
Las noticias, difundidas a diario por los medios de comunicación, centran
su atención, cada vez más, en sucesos
llenos de violencia en nuestra sociedad. Así, es muy común en nuestros días
escuchar o leer titulares que a veces ni siquiera nos inmutan. Tal pareciera
que los conflictos son el “pan del día” y se ejercen a todo nivel: en la
familia, en la escuela, en el trabajo, en las calles, en la naturaleza misma.
No es raro, por ejemplo, ver que muchos encuentros deportivos, lejos de
hermanar y unir, terminen siendo motivo de enfrentamientos sangrientos que en
muchos casos han cobrado víctimas mortales y todo porque no existe en los
jóvenes la tolerancia y esa valentía de aceptar resultados adversos. Por otro
lado, continuas disputas entre pueblos y países que quieren ejercer el control
sobre otros más desposeídos, o lo que es peor, arrebatarles sus recursos (pozos
de petróleo o extensiones marítimas y otros que son fuente de riqueza
económica) a base de una artillería bien implementada donde el más fuerte o
mejor dicho el más violento gana. Demás está mencionar que los conflictos familiares
se han acrecentado en los últimos años: padres agresivos que maltratan a sus
hijos y esposos que matan porque no soportan la infidelidad conyugal son solo
una muestra de la terrible violencia que se vive diariamente.
Hasta el momento parece ser que la educación no ha podido hacer mucho para
enfrentar o revertir esta situación. Entonces cabe hacernos la pregunta: ¿Sería
posible concebir una educación que permitiera evitar los conflictos o
solucionarlos de manera pacífica para garantizar una convivencia armoniosa en
la sociedad? Sin duda, el aprender a vivir en armonía con los demás es una de las
principales empresas que debería asumir la educación actual y se puede lograr
desde la familia y la escuela.
4.
CUERPO:
Leía hace poco una analogía al respecto: En una ocasión, el legislador
griego Licurgo fue invitado a dar una exposición sobre educación. Él solicitó
seis meses para su preparación, al cabo de este tiempo se presentó ante el
auditórium. Llevaba cuatro jaulas. En cada una había un animal, siendo éstos
dos liebres y dos perros. Cuando lo creyó oportuno abrió la puerta de una de
las jaulas y una pequeña liebre salió espantada. Luego al abrir otra de las
jaulas salió el perro en desesperada carrera a capturar a la liebre. La escena
fue dantesca y golpeó a todos. Hubo una gran conmoción en la asamblea y los
corazones parecían saltar del pecho.
Nadie conseguía entender lo que Licurgo deseaba con tal agresión.
Igualmente procedió a liberar a la liebre que quedaba, seguida por el otro
perro. El público a penas contenía la respiración. Para sorpresa de todos, los
animales se pusieron a jugar. Los dos demostraron tranquila convivencia
saltando de un lugar para el otro. Con esto Licurgo, quien existió
aproximadamente en el siglo IV a.C., pudo demostrar lo que es posible lograr a
través de la educación.
Hoy en día, a puertas del siglo XXI, estamos convencidos de que la única
forma de propiciar una forma más profunda y armoniosa del desarrollo humano,
reduciendo la pobreza, la ignorancia, la exclusión y la opresión es la
educación. Pero, en que medida es esto posible, sobre todo teniendo en
cuenta las grandes diferencias sociales,
económicas y culturales que existen entre los seres humanos?
Sobre esto ya existen referencias. En el informe Delors, titulado “La educación
encierra un tesoro” que fue elaborado por una comisión internacional a
solicitud de la UNESCO, se destaca la labor de la educación como medio de
desarrollo para el siglo XXI considerando los cuatro pilares del saber o
capacidades que el ser humano debe desarrollar a través del proceso educativo:
Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos.
Sin duda, este último es materia de nuestra reflexión.
La idea de enseñar la no violencia en la escuela y en el hogar es loable.
Sin embargo se necesitan otros instrumentos para combatir los prejuicios que
llevan al enfrentamiento. Debemos tener en cuenta que en la actualidad impera
el espíritu de competencia y el éxito individual, lo que muchas veces conlleva
a una guerra económica entre los que más tienen y los desposeídos, provocando a
su vez, las fracturas entre las naciones y el mundo.
De hecho estamos frente a un problema álgido que para su solución requiere
de ir mejorando paulatinamente la comunicación entre miembros de grupos
diferentes, aunque se tendría mejores resultados si la relación se diera en
contextos de igualdad formulándose objetivos y proyectos comunes.
Entonces, entra a tallar aquí lo que
es la educación intercultural para contribuir a una toma de conciencia de las
semejanzas y la interdependencia de todos los seres humanos. Si aprendemos a
reconocer y valorar las costumbres, estilos de vida, formas de pensar y actuar
de los demás, y es más, si lo promovemos desde temprana edad en las escuelas,
estaremos dando un gran paso para lograr una convivencia grata, basada en la
democracia y respetando la diversidad.
Pero el conocer a los demás implica necesariamente el conocerse a uno
mismo, por lo tanto la educación impartida desde la familia, la comunidad y la
escuela debe permitirle al niño descubrir quién es. Solo de esta manera se
estará en condiciones de ponerse en el lugar del otro, esa empatía que tanto
propugnamos y que todavía está lejos de ser puesta en práctica en hechos
concretos de la vida diaria.
Para lograr esto los docentes tenemos una tarea muy ardua desde las aulas,
alentando a enfrentar las inevitables tensiones entre seres humanos, grupos y
naciones. ¿Cómo hacerlo? Mediante el diálogo y el intercambio de argumentos;
fomentando, desde luego, el espíritu crítico. Además es posible desde la
escuela organizar e involucrar a nuestros estudiantes en proyectos cooperativos
por ejemplo, a través de las actividades culturales, deportivas y sociales, de
tal manera que se enriquezcan las relaciones entre miembros de la comunidad,
docentes y educandos y utilizarlos como un método de solución de conflictos.
5.
CONCLUSIÓN
Desde esta perspectiva, y
considerando que una convivencia donde prime la solidaridad, la tolerancia, la
empatía, la paz, puede pasar de ser un ideal a ser un hecho real, palpable,
debemos contribuir todos los que estamos comprometidos en esta tarea tan ardua
de educar. No me refiero solo a los docentes sino también a los padres de
familia. Desde luego es una empresa a largo plazo pero existe la imperiosa
necesidad de promoverla cuanto antes. Y usted amigo lector, ¿quiere contribuir
con ella?
6.
REFERENTES BIBLIOGRÁFICOS
EDITORES REPRESENTACIONES
AUTODIDACTA (2010) Maestro, Reserva
moral del Perú. Huancayo. Perú
ESCUELA DE POST GRADO UCV Módulo de Maestría en Administración de la
Educación. Trujillo. Perú.
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